martes, 11 de septiembre de 2012

Field II.-



Había un último fruto, siempre estuvo ahí, siempre estuvo ahí, quizás fue el mismo que planté para hacer crecer el campo, el que se fue perdiendo entre los brotes y marchites de los demás, pero, siempre estuvo ahí, no necesitaba un campo entero, solo necesitaba ese fruto, ese que quería olvidar pero era el único real.
La verdad es que, las manos sucias de tanto buscarte no son nada comparado a la felicidad que es saber que existes. No fue mi imaginación, fue lo que más conciente me he sentido, algo dentro prendió y no se pudo ir, no se pudo ir, es por eso que siempre algo no me dejaba ir de este campo, porque dentro mío estabas.

Es lo más bonito que me ha pasado, y es mío, lo sé, porque nunca se va a ir.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario